Fue en el siglo XI a. C. cuando se supo de la existencia de las Islas Canarias.
Los primeros en llegar fueron los fenicios y cartagineses, seguidos de los griegos y romanos. Durante la Edad Antigua se creía que las Islas Canarias eran el fin del mundo. Los autores griegos escribieron numerosas leyendas y relatos fantásticos, basadas en historias narradas por marineros y viajeros sobre tierras lejanas . Jardín de las Hespérides - Hesíodo; los Campos Elíseos - Homero
Durante mucho tiempo se creyó que Canarias podría formar parte de la Atlántida, un continente que había quedada sumergido en el océano, según la descripción de Platón. A partir del siglo I, escritores griegos como Plutarco empezaron a mencionar y describir con mayor precisión las Islas Canarias, a las que llamaron Islas de los Bienaventurados.
Las leyendas griegas fueron transmitidas a los romanos, quienes denominaron a las Canarias "Islas Afortunadas" El escritor romano Plinio el Viejo (siglo I) las describe en su obra Historia natural. Para ello, se apoya en los datos que le proporciona el rey Juba II de Mauritania, un personaje de la época que había realizado una expedición al archipiélago.
Juba II de Numidia (50 a.C - 22 d. C.)